Murcia

murcia

Calles cargadas de historia,

llenas de color, de luz y de sueños.

Tu color terracota

mezclado con un verde musgo,

esos árboles lejanos que veo en

aquellas montañas.

Con ruinas árabes en algunos lugares,

le dan ese toque de misterio y de sabiduría

los sonidos son una mezcla de tradición y modernismo.

Calles angostas

callejones de siempre dan a una iglesia,

tiendas con historia en cada vitrina.

Murcia, has hecho latir mi corazón más fuerte,

has intensificado mis sentidos,

ahora añoro caminar por la calle que me llevaba

al teatro de Romea;

respirar el atardecer y caminar a la orilla del Rio Segura,

caminar por la plaza de las flores y degustar un pastel de carne,

disfrutar una cerveza en Itaca o en el parque enfrente de la biblioteca.

¿quién puede compartir mi amor por Murcia?

¡con todo lo que aprendí!

Murcia me enseñaste

que el calor siempre puede ser más fuerte en tus calles,

que tu gente es más solidaria que en otras ciudades,

que el mejor desayuno de domingo era comer churros y chocolate con amigos.

 

Murcia me enamoraste en luna llena,

con amigos y tan lejos de casa no pensé

que iba a encontrar mi hogar

en un apartamentoen la calle Vinader.

 

A un año de haber vivido en Murcia, extraño tanto sus calles como el primer día que partí.

En otras vidas

Despertar en otro continente 
en un piso totalmente nuevo, 
despertar en un lugar de color marrón
un lugar lleno de sol. 
Conocerte fue el regalo del universo, 
en otras vidas ya nos conocíamos 
esa sensación de ver en tus ojos
un pasado que no existe. 
Ese reflejo de color verde en tus ojos 
que alumbraba mi camino 
los días que viví en Murcia, 
las noches que tu sonrisa me confortaba.
Compartir contigo mis sueños 
mis frustraciones y mis ganas de vivir, 
compartir contigo una cerveza, 
una película, un libro y un beso. 
Besos con sabor a un pasado inexistente
besos con sabor a un futuro incierto, 
miradas y sonrisas que me dicen 
que el universo quería que nos conociéramos.